Se puede definir como la posibilidad de elegir entre muchas opciones. Hablemos de cada nivel:
-Nivel físico, material: bienes, dinero, propiedades que valoramos como tales.
Nivel emocional: la emoción, el agua en el cuerpo y la “liquidez” son lo mismo. Cuando disfrutamos haciendo algo, las emociones fluyen constantemente.
–Mental: tener la opción y querer ver las distintas perspectivas de la vida es tener abundancia mental. Con ello se fomentan Nuevas opciones, posibilidades, ideas, perspectivas, métodos, caminos, encuentros, acuerdos.
–Espiritual: El Sol, en arquetipos es la autoridad. Cuando la autoridad se ha integrado dentro, el camino se hace a cada paso, sin creencias, se va fluyendo con la vida, nos dejamos guiar y ésta se enriquece por sí misma. En vez de buscar un camino, traemos el camino a donde estamos. La vida no tiene una meta, sino que es la meta en sí misma.
Una cosa es la riqueza material y otra la abundancia. Como todos sabemos, se puede tener riqueza y sentirse escaso/a y manifestarlo así y, justamente por ello, compensar nuestra escasez interna con bienes materiales.
Fomentar la escasez en uno de los niveles trae la escasez al resto, es decir:
–Físico:Entregar un bien sin valor en el intercambio. Conductas engañosas,
–Mental: Ciertas culturas, dogmas, programas y creencias, estudiadas o aprendidas que no dan opción a valorar otras perspectivas limitan al Ser en su expresión de distintas potencialidades.Censura, social o personal.
–Emocional: No hacer algo con lo que, verdaderamente, disfrutamos. Obviar la parte humana-emocional.
El miedo es el mayor bloqueador emocional que existe, en todas sus variantes: ira, indecisión, duda
–Espiritual: Confundir una meta con vivir. Dejarse imponer esta meta, además, desde fuera.
Por supuesto, esto es cierto a nivel personal, grupal o social.