Los nuevos tiempos.

Generando un nuevo ser.

Nada volverá a ser igual. Los tiempos han cambiado. Por un lado, tenemos la censura de los medios y por otro la gente que no quiere darse cuenta que esos medios están censurados.

Hace 10 años había que mirar por el telescopio, hoy, es urgente mirar por el microscopio y nada ha cambiado. La historia es la misma. Me pregunto dónde están todos esos despiertos que decían estar. Las cosas no son lo que parecen y al tiempo, la gente se empeña en no mirar las evidencias científicas.

Ciertamente las cosas han cambiado. Pero afortunadamente hay gente que ya sabe, y que por sus métodos comunica las verdades de forma que llegan a los que tienen que llegar. Son los receptores oportunos. Aquellos que con el microscopio avanzan mientras tu atención está distraída por una guerra. Realmente crees que estamos en guerra?

Lo cierto es que sí. Estamos en una guerra entre los medios de comunicación de masas y la verdadera información que nada tiene que ver con los medios de comunicación. Hoy en día, enfrentarse a este axioma es causa de censura y directamente de inanición informativa.

Pero los censores olvidaron algo muy importante.

Olvidaron que cada lector de las pequeñas cosas de hace 10 años, les puso las bases para que hoy toda esa información recobre esplendor. Lo cierto es que dieron por aniquiladas las viejas alternativas de expresión, y al tiempo, decidieron colapsar las fuentes.

Sin embargo, hoy día existen medios que pueden resucitar de su letargo y sorpresivamente inundar con la información que durmieron las redes de nuevo. Olvidaron que la libertad de expresión, sigue siendo un derecho fundamental.

Olvidaron que los títulos fundamentales de las Constituciones aún siguen en vigor. Y pese a quererlos mitigar y derogar, olvidaron que para hacerlo, necesitaban contar con la voluntad del pueblo. Y ese fue su gran error. Porque cuando intentaron imponer sus medidas, los Tribunales Constitucionales se las anularon.

Lo cierto es que la Soberanía Popular sigue residiendo en el pueblo, y aunque el pueblo guarde silencio, ejecuta y no calla, porque en ello le va la vida y la existencia.

Es curioso ver como parece que la censura ha copado todos los medios de comunicación, excepto éste. Con este medio no contaban, porque lo creían difunto. Curiosamente no lo está, y curiosamente se limitará a defender el Derecho científico y los Derechos Fundamentales de todos.

En breve, conoceremos los informes científicos y los autos que de primera mano y sin intermediarios, expondrán las grandes verdades que nos han sido arrebatadas durante estos años.

Es por eso que al final todos hacemos la ciencia. Y todos contribuimos a la democracia, que supuestamente reside en el pueblo.

Ánimo a tod@s. Pues finalmente seguimos aquí, a pesar de nuestro largo y forzado sueño. Lo cierto es que les vimos venir, y precisamente dejamos que pensaran que nos habían derrotado. Pero no. Aquí seguimos.

Es curioso, ¿Verdad?. Aquellos que ya sabemos que nunca seremos transhumanos, no vamos a dejar que facilmente nos impongan la dictadura del óxido de grafeno inyectado. No podrán forzarnos a ser lo que no queremos ser. Y ellos lo saben, y precisamente por eso extreman su estrategia del miedo.

Pero la buena noticia es que al menos el 60% de la raza humana ha conseguido sobrevivir a la inoculación de forma consciente. Seguimos siendo mayoría los humanos. Pese a que intenten convencernos de lo contrario.

Las estadísticas no mienten, así que en efecto, un 60% de la población no ha sido inoculado con el veneno por suerte, y por tanto sigue conservando sus capacidades cognitivas y el pleno ejercicio de sus derechos fundamentales.

Por desgracia entre el 40% restante, abundan los ictus, las repentinitis, las arritmias y los cuadros súbitos de coagulación, infartos y otros problemas de coagulación y rechazo post vacuna, incluso en las poblaciones infantiles, lo que agrava más el problema.

Por mucho que se empeñen en tapar los datos, hay tal abundancia que es imposible todo esfuerzo que realicen por taparlos. Ciertamente, es obvio que si se verificase que los viales llevan en su composición el Óxido de Grafeno reducido y este resulta ser un importante tóxico con independencia de sus efectos electromagnéticos, ciertamente, los juzgados estarían llenos de tales evidencias e incluso las AAPP, gracias a los procesos de información y transparencia, por lo que el informe del Dr. Campra, pionero en la detección del tóxico, habría llegado a las más altas instancias por lo que no podría aducirse su desconocimiento.

Por eso en estos momentos, sería necesario un contra análisis. Sería de ley una medida que frente a una hipótesis altamente verificada, contrastase los resultados con otro tipo de evidencias periciales propias de oficio, tal y como se establece en la legislación procesal y en el resto del ordenamiento jurídico. No en vano, diversas asociaciones españolas con conexiones internacionales, ya están moviendo a nivel Europeo e Internacional, las oportunas acciones, con sospechas de conflictos de intereses entre altos cargos de la comisión y las empresas farmacéuticas, lo que dificulta más si cabe la cuestión.

Ciertamente, en este punto, y en breve daremos documentación jurídica detallada sobre el particular, para evitar especulaciones que no obstante, obedecerán a los registros públicos en base a la actual legislación de transparencia. L19/2013 y Título I CE, así como Reglamentos RGPD y Ley Orgánica 3/2018 de Protección de Datos.

Por tanto los posteriores artículos, tendrán base jurídico-científica para evitar especulaciones mediáticas sobre polémicas ajenas a los datos.

Pero una cosa está clara. La inacción no es la medida adecuada ni justificable en este momento. Se requieren análisis y periciales de los inyectables y esa facultad corresponde a la jurisdicción española en base a lo dispuesto por la LOPJ y la Ley de Jurisdicción Contencioso Administrativa, ya que al carecer de rango legal las disposiciones de las AAPP, quedan sometidas a esta jurisdicción al tener rango inferior a la Ley.

Adicionalmente, y en el mismo sentido, conviene destacar que igualmente deberían revisarse a tenor de la CE ciertos Reales Decretos, por regular materias cuya exclusividad quedaría en el ámbito de la Ley aprobada en Cortes, y por ende impugnables ante la jurisdicción Contencioso Administrativa.

El tema está abierto y es de máxima prioridad e interés, tal y como se está viendo a tenor de las últimas sentencias del Tribunal Supremo. Lo malo es que va lento, pero es de destacar asociaciones españolas como Liberum que están avanzando en la línea que apuntamos en el presente artículo, habiendo conseguido éxitos sin perjuicio de la lentidud que ya sabemos caracteriza a la justicia en España.

No olvidemos, que hasta que el poder judicial no se pronuncie, los medios de comunicación y el poder ejecutivo, carecen de potestades vinculantes a tenor de lo dispuesto en la Constitución Española, por lo que hasta que no exista una legislación quedan en meras actuaciones o vías de hecho, por otra parte, recogidas en las causas de responsabilidad administrativa, dado que el artículo 103 de la CE prohíbe justamente este supuesto de la vía de hecho al hablar de la «interdicción de los poderes públicos».

No cabe y además es causa de Delito, la vulneración de los derechos fundamentales fuera de los supuestos del artículo 116 de la CE correspondientes a la declaración de estados de Alarma, Excepción y Sitio. La censura previa de los medios de comunicación igualmente está prohibida por la CE, Artículo 20, con lo que no puede salvo declaración de Estado de Excepción, censurar los medios. Y de hacerlo, incurriría el gobierno en responsabilidad penal, ya que tal y como rezan los apartados 2 y 5 del artículo 20 CE,» tan sólo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios en virtud de resolución judicial.»

Es por ello que dado que muchos lectores de este magazine vienen del ámbito jurídico y de la judicatura, y en general el derecho, conviene que estemos despiertos ante las irregularidades que en apariencia se producen, y por ende pedir las cautelas y garantías que la legislación nos habilita para impedir todas estas tropelías que de ser ciertas, serían gravísimas, y pondrían en jaque el Estado de Derecho.